¡Hola, soy Mamen!
Si tuviera que escoger una sola frase para definirme, escogería este proverbio. La paciencia es mi arma secreta, mi mejor maestra y guía.
Cultivarla e integrarla en mi vida y en mi trabajo, me llevó a descubrir una filosofía de vida que amo profundamente.
Mi querido Carl Honoré la extendió por todo el mundo bajo el nombre de slow life. En realidad, consiste en algo muy lógico:
No todo puede hacerse rápido. Para estar bien necesitamos combinar distintos ritmos. ¿Tiene sentido verdad?
Pero un día me pregunté, ¿quién decidió que esto es una carrera? Me di cuenta que cuando me adaptaba a ese molde, las cosas empezaban a no funcionar.
Ser del todo una misma, en la vida o en el trabajo, da miedo porque supone decir muchas veces no y renunciar a caminos que - aparentemente - son grandes oportunidades.
Buscando ese gran camino o sueño al que se supone que debía llegar, me perdí lo que realmente quería: una vida tranquila con tiempo para leer, disfrutar del otoño, jugar con mi perro o hacer planes slow con la gente a la que quiero.
Emprender me estaba alejando del presente, de todo lo que la vida me ofrecía ya en este momento.
Ahora comprendo que reinventarnos profesionalmente no tiene ningún sentido si no lo hacemos con equilibrio, sino combinamos el poder de la reflexión con la magia de la acción.
No busco formar a asistentes virtuales con la agenda llena de clientes y la mochila vacía de vivencias, que tengan que pagar un alto precio personal por su éxito profesional.
Por eso, no sólo es necesario que hablemos de habilidades sino también de decisiones vitales que te llevan a alinear quién eres con que haces.
Ese es el camino que quiero compartir contigo desde Colaboración Knowmada.